¿Castigar o dialogar?

miércoles, 14 de septiembre de 2011



Hablar de reglas y de límites, incluso imponerlos, no parece complicado. Lo difícil es conseguir que los niños cumplan esas reglas y respeten los límites; eso si que es a mi modo de ver más difícil. 

Por ejemplo, debería ser sencillo determinar que la hora de acostarse son las 9, se lavan los dientes, se lee un cuento y se cierra la luz, no sin antes una sesión de "mimitos" pero con cautela. 

Lo arduo es hacer que esta sencilla regla se cumpla noche tras noche, sin intentos –cada vez más sofisticados- de estirar de la cuerda. Primero será un “déjame un poquito más”, después, si no funciona esta estrategia, declarará la guerra sin pensarlo: “no me voy a la cama porque no quiero”. Una noche en particular puede ser más fácil –y menos agotador- ceder a sus tácticas; se evitan lloros, gritos y rabietas, pero has de saber que esta aparente sencillez, es sólo un espejismo.

Desde luego os confesaré que en casa hay límites, disciplina (no militar) y que no he permitido nunca que hagan lo que les venga en gana para que no tengan traumas.... que los traumas vienen por otras cosas.

Y te conviertes en padre, y crecen y te toca escoger... el gran Dilema... ¿castigo o diálogo?.... Te diré que prima el diálogo, después el diálogo y por último el diálogo.... pero cuando has repetido por activa y por pasiva el cómo se hacen las cosas.... y si tenemos en cuenta que los peques, nos guste o no, construyen "su bienestar" afectivo (si no los re educamos en este sentido)con los principios de:

-Tengo derecho a hacer todo lo que quiera
-Yo soy el centro del universo
-Puedo tener lo que desee
-Quiero todo y lo quiero ahora!!! (es tremendo pero es así... vivimos en un mundo con la cultura de la inmediatez).

Teniendo en cuenta esto, nosotros les hemos de ayudar y dar la mano para esa sociabilidad y por ello inculcar disciplina con el fin de que aprenda y cumpla las normas básicas establecidas, respete los límites y reglas del "juego"; y lo que es más importante aprenda la noción de frustración y la sepa gestionar algo indispensable para su integración en la sociedad. 

Y este aprendizaje, en ocasiones, pasa irremediablemente por la SANCIÓN. Nos guste o no.

BÁSICO: para que el castigo sea eficaz, además de inmediato, debe ser explicado al niño por medio del diálogo. Diálogo que en el caso de emplearse solo, no siempre será suficiente para solucionar los conflictos. Por el contrario, si va asociado a la sanción, permitirá al niño comprender la noción de compromiso, que no puede adquirir simplemente con la palabra.Por muy justa que sea la regla y por muy persistentes que seamos, siempre hay situaciones en las que el niño no respeta los límites acordados. Por ello, no vale la pena crear normas si no coexisten penalizaciones para quien no las cumple. A partir del momento en que la regla es interiorizada por el pequeño y éste no la cumple, tiene que saber que habrá consecuencia.


Las pautas teóricas que deberíamos tener en cuenta a la hora de castigar serían las siguientes:


1. Elige un castigo que reduzca la conducta no deseada: El castigo sólo es eficaz si hace que disminuya la probabilidad de que una conducta se repita. Después, no se debe olvidar observar los efectos que tiene el citado castigo. (para nuestro consuelo.... las conductas no deseadas se pueden repetir, así que tranquilas)


2. Usa el castigo con moderación: Si se usa demasiado a menudo, el niño se acostumbra y dejará de ser eficaz (entiendo perfectamente que a temporadas estén peremnemente castigados, no pasa nada)

3. Usa el castigo combinado con técnicas positivas: Al aplicar esta técnica, asegúrate de que también estás proporcionando “disciplina positiva”. Para animar al niño de forma deseada, se deben definir, enseñar y recompensar las conductas que se quieren establecer. (complicado porque como ya nos han puesto de tan mal humor, es difícil ver "nada" positivo)

4. No retrases el castigo: Se debe aplicar inmediatamente después de que el niño emita la conducta negativa. Las conductas se controlan mediante consecuencias inmediatas.Explica siempre las consecuencias: informa al niño de cuáles son las reglas y las consecuencias que seguirán si no las respeta. (pero como nos ponen tanto a prueba, en innumerables ocasiones no castigamos alguna conducta porque sinó "sargento mamá" estaría siempre castigando no?)

5. Sé firme: El castigo eficaz no sólo es inmediato, sino también predecible por el niño. La falta de consistencia y las amenazas vanas llevan a que la conducta indeseada se convierta en más firme y resistente al cambio.

6. Da una oportunidad para la buena conducta: El efecto inmediato del castigo es enseñar al niño lo que no debe hacer, pero hay que darle oportunidad para que demuestre lo que ha aprendido.

7. El castigo corporal debe evitarse. El enfado de los padres, la retirada de atención o el coste de respuesta son siempre más efectivos que el castigo físico y no se produce la humillación que supone éste. (pero admito, y espero que ningún malpensado o mente retorcida pueda decir o pensar que estoy a favor del maltrato, y si lo piensa o lo dice es porque no tiene hijos seguro,porque a veces un cahete en el culete les hace reaccionar; que no es lo mismo un cachete que un maltrato y en caso de que estés pensando esto... te ruego antes de juzgarme y etiquetarme te remitas al Diccionario de la Real academia de la Lengua)


Y dicho esto quiero concluir con una reflexión, como siempre esto sería un poco la teórica, a la práctica cada uno en su casa educa como mejor le parece, y en casa de Mamá de dos educamos pensando siempre en el bien de nuestras hijas y aunque a veces castigamos, esto no quiere decir que no suban con el cariño y el afecto de sus papis.. como bien dice mi madre... "Hay que reñir y castigar pero con cariño", aunque a veces no se muy bien cómo hacerlo.

ACLARACIÓN: Tampoco desde este post Mamadedos quiere fomentar el uso del castigo (que hay mucho retorcidito....;)

Mamadedos

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